abril 26, 2010

Confeccionando un "ténme aquí"


Hace unos días, recibí esta buena idea, pensando en mi bebé Caleb, de un año de edad:

Latas sorpresa

Apila unos cuantos botes en los armarios que suele explorar tu hijo. Le encantará descubrir lo que hay en su interior.Llena con diferentes objetos varias latas metálicas de galletas: una de tapones de plástico de botellas de lecho, otro de tapas de tarritos infantiles, un tercero de pequeños bloques de madera etc. Apila las latas en un armario que esté al alcance de tu hijo. Se lo pasará muy bien sacándolas, agitándolas, quitándoles la tapa (tal vez con tu ayuda) y descubriendo lo que hay en su interior. También se pueden guardar cosas tales como Texturas u Ordenar fotografías en latas o cajas como éstas.

La idea me encantó, especialmente para esta etapa, en la que Caleb todavía no camina, pero sí quiere explorar todo lo que le rodea, y generalmente necesita "una mano" para hacerlo. En algunos momentos "pico" del día, como cuando nos estamos vistiendo, recogiendo juguetes y tendiendo camas para bajar a desayunar, a veces puede volverse muy estresante la situación, ya que el reloj avanza, y Calebcito sólo quiere que lo traigamos de la mano para que pueda explorar todo.

Me di cuenta de que tenía muchas cosas por allí que podía utilizar para hacer algo atractivo para él: en la oficina de mi esposo, tengo un mueble de anaqueles, y los dos últimos estaban prácticamente vacíos. También tenía algunas latas vacías de leche nido; una caja vacía de toallitas húmedas (de ésas que tienen una tapita pequeña y un botón para levantarla); una cartera vieja con algunas fotos y tarjetas y credenciales ya expiradas; y algunas cosas por el estilo. Llené una lata con legos para construir. Otra lata la llené de figuras geométricas de plástico de varios colores. En la caja de toallitas metí algunas letras y números magnéticos de muchos colores. Además, en el escritorio de mi esposo, hay una línea de ranuras para cd's. Todas las cajas de cd's se la pasan en el suelo, porque a Caleb le encanta ir a explorar allí. Se me ocurrió que en vez de tener los cd's allí, podía hacer unas tarjetas de cartón del mismo tamaño que pudieran entrar en las ranuras. Tenía cajas vacías de cereal y de galletas y muchos folletos de ofertas de los que te dan a la entrada del súper (tip: de esos folletos se pueden sacar muy buenas fotografías de objetos cotidianos y familiares para los niños) Así que hice mi "set" de tarjetas súper llamativas para bebé, con doble hoja de cartón para que estén resistentes, ilustraciones de frutas y verduras, animales, flores, figuras geométricas; y muchas de ellas las hice en relieve, para que sintiera la textura. A otra tarjeta le pegué muchas letras de fomi, para la textura también. Otra la forré de papel aluminio y la llené de estrellas de colores de fomi también. Después, todas las plastifiqué con papel contact (por aquello de las babas)

Ese rinconcito tiene ahora un atractivo especial. A Caleb le encanta asomarse allí a ver qué se encuentra. Saca las latas, trata de abrirlas, desparrama todo su contenido, y ahora, ¡hasta está aprendiendo a meterlo todo otra vez a la lata! Luego va al porta cd's y se pone a sacar sus tarjetas, las observa, las siente, las chupa. Puede pasarse mucho tiempo allí. Ahora estoy pensando en guardar las tapas de los garrafones, las cucharitas medidoras de la leche y los vasitos medidores del jabón de ropa… a ver qué se me ocurre luego hacer con ellos.

Me encanta que Calebcito esté ocupado con cosas interesantes, mientras que los demás podemos hacer nuestras labores; pero lo que más me gusta, es que no me costó ni un centavo hacer todo este material.  Si hubiera ido a una tienda de material educativo, tal vez habría encontrado muchas cosas muy padres que me habrían funcionado bien para lo mismo, pero también habría gastado mucho dinero. Muchas veces sólo necesitamos un poquito de ingenio para voltear a nuestro alrededor y ver todos los recursos que tenemos a nuestro alcance… ¡gratis!

abril 25, 2010

Fases de letras

El otro día, mientras cocinaba y los dos niños menores tomaban su siesta, trataba de pensar en una actividad productiva y atractiva para Mateo, mi hijo de cuatro años. Le dije que viniera a sentarse para hacer una actividad con letras, y su primera reacción fue decirme: "¡Ay, no, mamá! ¡Letras no!" Entonces, pensé rápidamente qué contestar, y luego le dije: "Ah, pero esque tú no sabes lo emocionante que es esta actividad. Cada letra necesita pasar por varias fases súper divertidas" Entonces capté su total atención y me pidió que le explicara la actividad.

Drama, drama, drama…

El otro día estaba sugiriéndole a Mateo, mi hijo mayor, de cuatro años, que tomara una siesta antes de comer. "No, mamá, porque cuando despierto me siento modorro y no me gusta sentir eso", me contestó.

Es más o menos común que nuestros hijos hagan declaraciones como ésa. Nos da risa y a veces preocupación que digan cosas como: "no me hables ahorita, porque estoy enojado", "cuando se me caen los bloques, me siento frustrado", "¡eso que me estás diciendo me hace sentir muy triste!" (con mucho drama y lágrimas)

Sí hay que apretar… pero sin ahorcarnos

Toda mi vida hasta antes de casarme, fui "antifruta". Al despertar, los primeros pensamientos que llegaban a mi mente olían a chilaquiles verdes, o a quesadillas con chiltepín. Jamás comía una manzana o un plátano por franco antojo. Ya hasta que mi mamá había insistido demasiado, finalmente yo cedía ante sus peticiones. Cuando me casé, algo cambió dentro de mí.

abril 24, 2010

Fuerza de atracción vs. Fuerza de empuje

Nuestra dinámica como padres se asemeja mucho al trabajo de pastorear ovejas. Sin embargo, podemos elegir entre ser un pastor que protege, dirige, apacienta y que va delante de las ovejas atrayéndolas con su voz; o entre ser el perro pastor que moviliza ganados ladrándoles por detrás y atemorizando a las ovejas para que avancen.

abril 18, 2010

La estabilidad se logra con estabilidad

El último episodio que vi del Encantador de Perros (Dog whisperer) me impresionó: un pastor alemán violento y agresivo tenía atemorizados a sus dueños y a todos cuantos pasaban por su cerca. César dijo que era un perro inseguro y por eso actuaba así. Trajo a otro perro estable para ayudarle. Se pararon justo enfrente del perro, por fuera de la cerca. El pastor alemán brincaba, ladraba, gruñía, se aventaba contra la cerca, estaba como loco.
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