octubre 20, 2010

¿Un Príncipe Azul o un Dulce Ideal?

Hoy, por primera vez desde que era niña, ¡me tocó ser el príncipe azul en una fantasía! Mía, una vecinita de cuatro años que últimamente ha estado acercándose a jugar con nosotros, hoy se internó en nuestra fantasía de caballeros y arqueólogos.
Fue muy chistoso. Mateo estaba feliz de que hubiera un hada madrina con varita mágica. "¡Excelente!", dijo Mati con aire de líder; "usaremos sus poderes para convertir a la tortuga ninja en un verdadero caballero" A lo que Mía contestó inmediatamente y con una mirada de ensoñación: "¡Sí! …¡para que se case conmigo!" Yo solté una carcajada. De verdad estaba disfrutando el momento y no podía dejar de asombrarme de las grandes diferencias que existen entre niños y niñas. Mía es exactamente de la edad de Mateo, mi hijo mayor, pero hay un abismo de diferencia en su comportamiento. Después de un rato, Mía dijo que necesitaba un príncipe. Recorrió todo el elenco de la fantasía, y como vio que sólo había un caballero, un Indiana Jones y un bebé, volteó a verme a mí y me dijo: "¡tú vas a ser mi príncipe!" Fue tan chistoso, porque en un mundo de hombres, siempre me toca ser la damisela rescatada por los gallardos caballeros, pero ahora me tocó ser el apuesto príncipe. Mía me dijo que tenía que sacarla a bailar, así que me levanté de la banca, la tomé de sus manitas y comencé a cantar la canción de la Bella Durmiente "Eres tú mi Príncipe Azul", mientras que bailaba al ritmo del vals. Podía ver en su carita una profunda emoción. Tal vez estaba sorprendida de que yo me supiera la canción, pero creo que verdaderamente se sentía la princesa del cuento. Luego me pidió que la levantara y que le diera vueltas. Fue demasiado chistoso estar bailando con mi vecinita en el parque. Después, yo quería ir detrás de Caleb que se estaba subiendo a una barda, pero Mía no dejaba de seguirme. Se me acercaba y me cogía la mano y me veía con ojitos en forma de corazón y quería que siguiéramos bailando. Me sentí como Grillo en la película "La Espada en la Piedra" con la ardillita melosa. Lo bueno fue que Pao dijo que quería ir al baño, así que nos regresamos a la casa. Ahora tengo atroz de salir al parque con mis niños, porque de seguro me la voy a encontrar y va a querer que sea su enamorado de nuevo. Esta experiencia fue muy rara y un poco bochornosa, ya que Mía no es mi hija ni mi sobrina ¡ni nada!, además de que no estoy acostumbrada al mundo tan rosita de las féminas. Prefiero ser Mary Jane o la novia de Indiana Jones, que el Príncipe Azul. Me reí mucho hoy, pero también me quedé pensando en que por primera vez en mi vida, sentí un poquito de lo que los hombres pueden sentir con nosotras las mujeres. ¡Pobrecitos!

Alguna vez alguien me dijo: "Es verdad que el hombre no debe dejar de conquistar, pero la mujer tiene que seguir siendo un ser conquistable"
La mujeres queremos que nuestro hombre nos conquiste como a la princesa en la torre más alta del castillo, cuando en vez de ver a una princesa, lo único que él ve es al dragón. En esa canción de la Bella Durmiente, Aurora canta la primera parte, que dice: "Eres tú mi Príncipe Azul que yo soñé…", y luego, el príncipe Felipe canta la otra parte, que dice: "Eres tú, el dulce ideal que yo soñé…"
¿Cómo es el dulce ideal en el que los hombres sueñan? No me atrevo a pretender que sé esa respuesta, pero creo que sí puedo suponer algunas cosas basándome en lo que he escuchado y aprendido.

Creo que, en primer lugar, un ser conquistable tiene que estar quieto. Es decir, si lo van a conquistar, no puede estar detrás del conquistador o delante de él rogándole: "¡hey!, me parece que no me has visto, ¡aquí estoy!, ¡conquístame!" Claro que no. Un hombre necesita retos difíciles delante de él; verdaderas adversidades dignas de evocar toda la fuerza y valentía de las que es poseedor.
Y pienso que esta actitud se aplica aun dentro del matrimonio: una de las cualidades intrínsecas de una esposa es la serenidad. Supongo que la mayoría de los hombres que prometieron amar a su esposa para siempre, no han cambiado de opinión, y tampoco piensan hacerlo. El problema es que a las mujeres sí nos  gusta mucho la repetición, y si él no nos dice muchas veces, y de muchas formas diferentes, lo que ya nos ha dicho - y respecto a lo cual no ha cambiado de parecer - nosotras sentimos que ya no nos ama y nos tiramos a la desgracia. Para un hombre es agotador lidiar con una doña histérica. No podemos andar detrás del pobre hombre urgiéndolo y rogándole y haciéndonos las mártires porque no es detallista ni romántico ni considerado con su bella esposa.  Sin embargo, si una esposa es lo suficientemente serena, dulce y tranquila, puede hacer que su puro actuar lleno de paz y confianza en el amor de su esposo, provoque fuertes deseos en él por complacerla y hacerla suya. 

Un ser conquistable también tiene que necesitar que lo conquisten. La indefensa princesa en lo alto del castillo está custodiada por la feroz bestia del pantano. La princesa necesita que alguien la salve y la proteja. Ella confía plenamente en que ese apuesto príncipe es totalmente capaz de hacerlo… de principio a fin… paso por paso... solito… sin su ayuda.
Muchas mujeres creen que la manera más adecuada de ayudar a un hombre, es tomando su responsabilidad y hacerla por él. Esa actitud, en realidad, le está comunicando que él no es capaz de hacerlo, y por eso necesita ayuda. Muchos hombres se aprovechan del instinto maternal de su mujer y entonces se comportan como su bebé. La manera más eficaz de impulsar a un hombre, es decirle lo mucho que confiamos en él y que estamos seguras de que lo hará muy bien y luego, cruzarnos de brazos. Supongo que ver a su damisela en necesidad, pero confiando plenamente en su protección, será suficiente motivación para que surja el conquistador que lleva dentro.
Claro que una de las funciones de una esposa es ser ayuda idónea, pero eso no quiere decir "supervisora y regañadora idónea"  Por lo general, las mujeres somos "reclamonas", hostigosas, rápidas para ver los errores y las faltas de todos y luego ir a decírselas con reproche. Idóneo quiere decir adecuado, apto, apropiado. En otras palabras: "tal para cual" Una esposa debe ser el complemento que ayude a su esposo como él necesita, con amor y paciencia.  Tenemos esa capacidad de ver sus debilidades para ayudarlo, y para ser una gran influencia que extraiga lo mejor de él.

¿Será que en realidad "el Dulce Ideal" es quien hace surgir a un "Príncipe Azul"?

5 comentarios:

  1. jajajaja... MUY BUENO!!!!

    ...pero sí fuiste una que otra vez mi príncipe cuando éramos niñas... jajaja

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  2. Jajajaja, qué risa con tu princesa enamorada!!

    Me gustó mucho tu analogía, y aunque el matrimonio no es precisamente un "cuento de hadas", yo espero que este escrito lo LEAN muchas mujeres!!!
    Muy bueno hijita!!!

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  3. Pues te diré que tu tía Cher SI encontró un príncipe azul, guapo y valiente.... solo que fué mas inteligente y lo cambió por MI!!! jajajaja, Prisi, que gusto verlos a Mario y a tí saliendo adelante no solo como padres, sino también como pareja.
    Hace algunos días una amiga escribió en su face que los príncipes azules están siendo sustituídos por Shreks.... cuanta sabiduría!!, por ejemplo, mi primer cuñado... jajajaja!!!!
    El Tio Joe.

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  4. AMIGA COMO ME SENTI CULPABLE Y ME QUEDO EL SACO EN VARIAS COSAS CON MI POBRE PRINCIPE(MI BELLO ESPOSO) EN REALIDAD A VECES SOMOS TAN OSTIGOSAS Y FASTIDIOSAS QUE NO SE COMO NOS SOPORTAN CREO QUE ME HACE MUCHA FALTA DEJARLE SABER QUE CONFIO EN EL Y QUE SE QUE LO HARA BIEN, CASI SIEMPRE NECESITO TENER EL CONTROL EN FIN APRENDI MUCHO HOY ESPER LOGRAR HACER UNOS CUANTOS CAMBIOS!! TE QUIERO MUCHOOOOOOOOO

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  5. Como dicen de tras de un gran hombre hay una gran mujer!!!

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