mayo 17, 2010

Premios y castigos

¿Alguna vez se han preguntado por qué en México son tan indispensables los premios y los castigos para que decidamos hacer algo? Yo sí me lo he preguntado muchas veces. Y desde hace varios años, me ha apasionado el tema.
Lo vemos por todas partes: en las empresas, los patrones tienen que darles bonos a sus empleados para incentivar su buen desempeño. Las maestras en la escuela les ponen estrellitas en la frente a los niños para que se porten bien y les levantan reportes para que no se porten mal; los papás necesitan ofrecerles cada vez mejores sobornos a sus adolescentes para que no hagan tonterías; los ciudadanos necesitamos saber cuál será la sanción, antes de decidir cumplir con una norma, como por ejemplo, usar el cinturón de seguridad. ¿Por qué nos cuesta tanto trabajo hacer algo bien hecho y con el corazón, aunque no vayamos a recibir algo extra por ello?, ¿por qué es tan difícil tener la iniciativa de hacer algo aunque no haya sanciones o recompensas?

Ahora que está tan de moda el cuidado ambiental y que hemos escuchado tanta y tanta propaganda acerca de separar nuestra basura, yo me pregunto: ¿cuántos de nosotros ya lo estamos haciendo por pura consciencia y amor al planeta?, ¿cuántos de nosotros lo hacemos porque no queremos que nos multen?, ¿cuántos no lo hemos hecho porque todavía no ha entrado en vigor la multa?... ¿por qué vivimos bajo una mentalidad de esperar premios y evitar castigos?


El otro día, Caleb, mi bebé de un año, y yo acompañamos a mi esposo a que se cortara el pelo. Junto a él, le estaban cortando el pelo a un niño de unos cinco años. Tenía miedo de la maquineta y se estaba moviendo y quejando un poco. La mamá intentaba manejar la situación, y le decía: "si te portas bien, te voy a dar un mazapán."  Cuando el niño gritaba un poco más, entonces ella le decía: "ah, no te estás portando bien, y mira, mira, ese bebé de allá se va a comer tu mazapán."  Yo pensaba dentro de mí: "¡Ay, pero qué mentirosa!, ¿qué tiene qué ver mi bebé con sus asuntos?... ¡que venga, pues, y nos dé el mazapán!"… A veces las mamás sonamos tan ridículas haciendo amenazas tan absurdas, que ni nosotras nos la creemos.


Muchas veces pienso que una parte de la solución al gran problema de México está en nuestras manos - de nosotras, las mamás. Desde pequeños somos "programados" para responder a estímulos externos. La dinámica es muy simple: Si me porto bien, hay premio; si me porto mal, hay castigo. Crecemos con esta mentalidad tan arraigada, que cuando somos grandes, es lógico que sólo hagamos aquello para lo que nos motiven externamente a hacer. Nos caracterizamos por ser un pueblo pasivo y reactivo, sin iniciativa. El problema es que nosotros creemos que somos libres porque hacemos lo que queremos y no nos dejamos de nadie, pero la verdad es que somos esclavos de todo lo que nos rodea. Los estímulos positivos y negativos del exterior determinan nuestro actuar. Nos dejamos conducir, en vez de tomar nuestras propias decisiones… sin que nos demos cuenta.


Es verdad que cuando somos niños, somos inmaduros y, por consiguiente, necesitamos más estructura para ir modelando nuestra voluntad. Lo cierto es, también, que esa estructura no se logra con conductismo (es la palabra formal para explicar lo de los premios y castigos; en psicología es toda una teoría de aprendizaje, y en internet se puede encontrar mucha información al respecto) Y la razón es muy simple: el conductismo logra producir conductas temporales, pero nunca permanentes. La conducta estará allí, siempre y cuando el estímulo exista también. Cuando el estímulo desaparece, la conducta también lo hace. Y para ilustrar esto, tenemos ejemplos por todas partes: "si no hay agente de tránsito a la vista, me paso el alto"; "si esa pregunta no va a venir en el examen, no necesito estudiarla"; "si hay buenas posibilidades de lograr un aumento, le echo ganas al trabajo, si no, ¡pos pa' qué!"; "dime qué me vas a dar, y luego te digo si me porto bien o no", "pos ora sí hay que ponerse el cinturón, porque ya están levantando infracciones."  Además de que conforme el niño va creciendo, también sus demandas lo hacen, y lo que ahora lograba llamar su atención y apelar a su codicia, ya no lo hace cuando es mayor; y con el miedo sucede lo mismo. Sería absurdo tratar de sobornar a un adolescente con un mazapán, o atemorizarlo con la idea de no ver Discovery Kids. Así, pues, si nuestro método para formar la conducta de nuestros hijos es el conductismo, no hay muchas esperanzas de triunfar, pues los resultados que el conductismo ofrece son meramente temporales. En cuanto nuestras posibilidades de prometer o de amenazar se debiliten, también todo lo que creíamos haber logrado en su conducta, lo hará.


Sin embargo, yo creo que el verdadero problema del conductismo no es su esterilidad para producir resultados duraderos, sino que existe un problema aún peor: El conductismo desvía la mirada de la verdadera razón de actuar.  Las mamás se quedan muy tranquilas cuando logran manipular la conducta de sus niños en ese momento, pero no se dan cuenta de que en realidad los están condicionando para que sólo se enfoquen en recibir premios y evitar castigos; en otras palabras: los están entrenando a que se muevan por su codicia y por su miedo.

Cada acción en sí misma ofrece una razón suficiente para ser efectuada. Cuando prometemos algo a cambio, le robamos la verdadera satisfacción al actuar y se la adjudicamos a un placer ajeno a la acción, y en la mayoría de los casos, mucho menos valioso. Creo que el mazapán no fue tan placentero para ese niño, como lo habría sido el haberse sobrepuesto a su temor a la maquineta, y haber experimentado la sensación de valentía y de dar un paso hacia su madurez. El deleite de saber que se es maduro, útil, que se es confiable, diligente, esmerado, puntual, autosuficiente, responsable, generoso, que se está contribuyendo a un bienestar corporativo, es mucho más poderoso y satisfactorio, que el placer temporal de una golosina, un juguete… o un aumento.  Casi todos los días tenemos conflictos aquí en la casa a la hora del baño. Se oyen quejas, excusas y súplicas de todo tipo. Cada día tengo que tomarme el tiempo de explicarles a los niños por qué es importante bañarse. Me esfuerzo por que su interés esté enfocado en las recompensas verdaderas del acto de bañarse: "tu cuerpo va a estar limpio, libre de gérmenes; te vas a sentir fresco; vas a descansar más rico; es muy importante bañarnos todos los días para mantenernos sanos, etc." Toma más tiempo y a veces el resultado no es tan inmediato como si, en vez de eso, les ofreciera algo a cambio. Pero a largo plazo, yo prefiero gozar de los resultados permanentes que brinda el actuar por convicción, que por manipulación. Me hace sentir segura de que, en el futuro, aun cuando no esté yo, ellos elegirán hacer lo correcto por sí mismos, porque su propio interior los motivará a hacerlo.


Todos contamos con un motor interno que nos impulsa a actuar, a conocer, a descubrir, a tener una actitud entusiasta hacia la vida. Con el tiempo, el conductismo y muchos otros factores, van apagando esa chispa interna y nos volvemos apáticos, sin iniciativa, indiferentes hacia la vida. Nuestra función como papás no consiste sólo en tratar de programar su conducta, como si fueran mascotas. Nuestra función y privilegio es enseñarlos a escuchar sus anhelos más profundos y ayudarlos a que luchen por ellos en su debido orden, y con perseverancia; debemos entender que no son mascotas y también, que tienen consciencia y ésta tiene una función. Nosotros debemos ayudarles a irla fortaleciendo, escuchando y haciendo madurar, al mismo tiempo que les vamos dando la estructura sobre la cual crecer. Lo veo como un jardinero que pone un palo para que el pequeño arbolito crezca derecho. Después de unos años, el palo ya no es necesario, pues el tronco firme, frondoso se levanta muchos metros por encima de él. Creo que las estructuras que les damos a nuestros hijos deben ir orientadas a fortalecer su consciencia de tal manera que llegue el día en que ellos deciden hacer lo correcto voluntariamente, porque está en su naturaleza hacerlo.  La verdadera motivación nunca viene de afuera, sino de adentro.


Claro que muchas veces habrá que castigar o reprender a nuestros hijos por alguna causa específica, pero estoy completamente segura de que si nuestra dinámica diaria es de estar al pendiente de ellos, explicando, guiando, dirigiendo con amor, estas ocasiones serán mínimas. En vez de eso, la actitud de los niños será de cooperación, de iniciativa, de buscar nuestra compañía y aprobación, y esto será su mejor recompensa: el sentirse aceptado, amado, respetado y dirigido, el saber que es importante para sus papás y que ellos están dispuestos a invertir tiempo en él, a ayudarlo a crecer, a alimentar su curiosidad por conocer, por aprender, a ser pacientes con sus errores y ayudarlo a que los corrija. Estoy segura de que todo esto es mucho mejor que cualquier golosina o juguete o diversión que se le pudiera ofrecer a un niño. Y lo que es mejor: esto hace que la conducta sea permanente, pues está naciendo del interior del niño, y crecerá junto con él si sigue siendo alimentada correctamente.


He aprendido que lo valioso de la vida es intangible, no se encuentra en las cosas materiales; y por otro lado, el miedo paraliza, bloquea, esclaviza.  Todavía me queda mucho de la mentalidad de premios y castigos que tengo que derribar en mi vida y en mi interacción con los niños; pero voy caminando en esa dirección.  Ayudemos a nuestros hijos a enfocarse en lo que verdaderamente vale la pena vivir.

¡Liberemos a nuestros hijos y a nuestro México de la mentalidad de premios y castigos!

7 comentarios:

  1. SÍII!!!! Muy bien escrito y dicho Priss!! Me encantó. Vaya que esa mentalidad de premios y castigos, y de supervivencia tiene que ser desarraigada de todos los mexicanos! Qué horror, miedo y frustración vivir así! YA BASTA! Comenzando por las mentes moldeables que tenemos en nuestras manos!!
    LOVE YOU!
    Ps. Qué señora tan naca!! jajajajajja! Y vaya que sí. Cómo se llega a ser ridículo con las amenazas tipo "el policía te va a regañar!"

    ResponderEliminar
  2. Abordaste este tema de una excelente forma, LOVED IT! Sentí mucha felicidad por dentro al leerlo, porque sé que es fruto de un largo proceso de análisis, reflexión, comparación y experiencia. Hasta la fecha recuerdo cómo platicamos del conductismo casi al principio de conocernos, que siempre ha sido una inquietud tuya. Te felicito por tu trabajo y la claridad que has conseguido en este tema.

    ResponderEliminar
  3. Georgina Salazar18 de mayo de 2010, 7:41

    Es verdad, cómo debemos ser consientes nosotros y ayudar a nuestros hijos para hacer las cosas bien, porque así debe ser. A ser congruentes en todo lugar, no?
    A no hacer las cosas correctas dependiendo si “alguien” nos está viendo. Por el qué dirán, o por el “depende de”.
    Y aunque a veces al actuar, hagamos cosas buenas que parecen malas o viceversa. Pero tener la certeza que estamos haciendo lo correcto y que a su tiempo las cosas serán claras.
    Hay mucho por hacer!!

    ResponderEliminar
  4. Priss!!

    Gracias por compartirme tu blog, y hablarme acerca del conductismo... era algo que desconocía, y me encantó tu propuesta... trataré de aplicarla con mis hijos...

    Estamos en contacto!! =)

    ResponderEliminar
  5. Pris, muy bueno, gracias! Me ayudo a reflexionar mucho, sobre todo a detectar que en los ultimos días caí algunas veces en la trampa del premio..y a tomar nuevamente la dirección correcta....Gracias por compartirlo....

    ResponderEliminar
  6. Me gusta mucho la manera de abordar el tema y más aún como me pones a reflexionar, ...voy a ponerlo en práctica.
    Gracias por compartirlo.

    ResponderEliminar
  7. Cietísimo!!! Yo hace tiempo que conozco este rollo del conductismo, por mi carrera, y es una de las cosas que hubiera querido desterrar de la educación de mis hijos. Sin embargo, como dices tu, no puedo todavia desterrarlo del todo de mi vida. Es crucial ser consciente de ello para cambiar el rumbo, y en eso has sido parte importante. GRACIAS POR TU DEDICACION!
    Con cariño
    Rocío

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...