agosto 01, 2010

Soltería y bienes raíces


Desde hace algunos meses, mi esposo se ha dedicado a los bienes raíces. A través de esta experiencia he conocido un mundo totalmente nuevo para mí, y he visto florecer otra fase de la personalidad de Mario.

Ha sido muy interesante verlo crecer y tener éxito en esta nueva área laboral. Ahora escucho historias interesantes de muchas familias diferentes que quieren comprar o vender una casa; de gente que quiere comprar y no tiene dinero, o gente que tiene dinero pero no encuentra lo que busca; gente decidida, gente indecisa, gente amable, gente conflictiva, gente responsable, gente negligente… en verdad interesante.
Hoy, cuando escuchaba sus conclusiones acerca de las "psicologías" del comprador y del vendedor, como que se hicieron algunas conexiones en mi cerebro con ese tema que había estado meditando de los solteros, y se me ocurrieron varias analogías que me parecen bastante cercanas a la realidad. De ninguna manera quiero hacer juicios ni críticas, ni tampoco quiero tomar la posición de "sabionda" o de "muy experimentada", o de presumida por estar  "del otro lado". Lo único que quiero es compartir algunos pensamientos , con la intención de provocar la reflexión, y de traer ánimo y esperanza.
Primero que nada, quiero reconocer la valentía de aquellas niñas solteras que me rodean. Especialmente a quienes han tomado la decisión de mantenerse puras, sin establecer alguna relación sentimental hasta que sea el momento de formalizar algo para el matrimonio. Se necesita mucha valentía para seguir firme, sonriendo por la vida y respondiendo preguntas y comentarios soeces con amabilidad y determinación.

En el negocio de los bienes raíces, hay vendedores y compradores. El vendedor decide vender su casa, y entonces, la pone en venta. Ahora sólo es cuestión de esperar… esperar... y esperar… a que llegue el indicado que la comprará. El comprador desea comprar una casa, así que, una vez tomada su decisión, emprende una ardua labor en búsqueda de la casa ideal: de aquel soñado recinto totalmente idóneo y adecuado para sus necesidades. ¿Ya saben quién es quién?
La venta de una casa no es cosa fácil. Una casa puede estar a la venta durante meses sin que nadie la encuentre. Y un comprador puede estar en búsqueda durante meses, sin encontrar lo que busca. Según mi marido, los vendedores cometen algunos errores que muchas veces son la razón de que no se logre la venta, y aquí comienzan mis analogías. Primero las damas:

Para empezar, él dice que todas las casas son vendibles. En otras palabras, todos tenemos esperanza, porque siempre hay un roto para un descosido. Sin embargo, muchas veces los vendedores cometen el error de la incongruencia. Es decir, el precio de su casa no es congruente con el valor de la casa. En otras palabras, la casa está más cara de lo que en realidad debería estar. Él dice que los propietarios casi siempre están enamorados de su casa y para ellos, tiene un valor sentimental muy alto, así que piden demasiado por ella, sin que ésta realmente valga el precio. Generalmente, él les hace preguntas como: "¿Qué tipo de comprador quieres atraer? Si quieres atraer a un comprador con tres millones de pesos, entonces tu casa tiene que valerlos. Pero si tu casa se está cayendo, por más grandota que esté, los compradores sólo pasan de largo". Mario dice una frase dura pero cierta: "Atraes lo que puedes, no lo que quieres" La miel atrae a las abejas… ¿y a las moscas?

Como mujeres, muchas veces soñamos con aquel gallardo caballero, airoso y galán, trabajador, hogareño y cariñoso, respetuoso y detallista, dulce y amoroso, y tantas y tantas virtudes más en nuestra lista, sin darnos cuenta de que, al igual que los propietarios con el letrero de "se vende" en su ventana, caemos en el error de la incongruencia. Todas esas virtudes tienen una parte complementaria. ¿Qué tienes tú para ofrecer? El matrimonio comienza el día que regresas de la luna de miel, y desde ese momento, todo es cuestión de negación, servicio y trabajo en equipo. ¿Te estás preparando para eso?, ¿estás sirviendo a quienes te rodean?, ¿qué tan dispuesta estás a negarte a ti misma?, ¿qué tanto estás dispuesta a ser empática y condescendiente con quienes más te irritan?, ¿estás adquiriendo destrezas básicas para administrar un hogar?

Una vez que el propietario se da cuenta de su problema, tiene dos opciones: bajar el precio de su casa - casarte con el primero que llegue - o remodelarla y así, tener la posibilidad de pedir más por ella. Sin embargo, aquí también existe la incongruencia. Mario me cuenta de casas en las que las remodelaciones desentonan con el resto del diseño. A veces escogen baños muy modernos para casas muy clásicas, o muebles de cocina demasiado bromosos para espacios muy reducidos. Muchas veces, las mujeres queremos hacernos más atractivas colgándonos cosas encima o haciéndonos "visibles" a los hombres, y tomamos la actitud del saltamontes gordito de la película de Bichos en la escena del circo: "yo, yo, yo, yo", rogando para que lo escojan a él. Lo que en realidad sucede, es que nuestra apariencia desentona con el resto de nuestro diseño, y los hombres perciben una incongruencia que, lejos de atraerlos, los repele. O por otro lado, hay muchachas bonitas, capaces, independientes, autosuficientes, fuertes, que también siguen solteras. Cuando te haces la pregunta ¿por qué?, y te detienes a observarla con mayor detenimiento, entonces te das cuenta de que aunque por dentro esa mujer anhela a un hombre, en realidad, está proyectando lo contrario: ¿qué hombre quiere competir con una mujer mucho más capaz que él, que ya es autosuficiente, que es dependiente y que parece no atemorizarse de nada?, "una mujer así, en realidad no me necesita" - tal vez pensará el pobre Romeo. Los hombres son, por naturaleza, protectores, proveedores, conquistadores. Ellos deben saber que son indispensables, para que su hombría salga desde dentro de ellos y se conviertan en el súper hombre que toda mujer anhela.
Lo verdaderamente atractivo en una mujer, son sus virtudes internas - y no es una frase trillada para consolar a las feas - es pura verdad. Aun cuando los hombres son atraídos en primer lugar por la belleza externa, cuando ya es momento de pensar fríamente y visualizarse con una mujer por el resto de sus días, muchos sí sacrifican belleza externa por virtudes internas. Eso vale y dura más que las joyas preciosas. Es en eso en lo que nos debemos enfocar como mujeres. Así como el propietario debe enfocarse en las verdaderas cualidades de su casa y resaltarlas, nosotras debemos esforzarnos por pulir nuestras virtudes naturales y luchar por superar nuestras debilidades. Supongo que esto es tarea suficiente para mantenernos ocupadas, con la vista hacia adentro, sin distraernos con cualquier pelafustán que nos pase por enfrente.

Ahora les toca a los hombres, y me voy a desquitar...
Hay dos tipos de comprador: el que sí va a comprar y el que no va a comprar, al menos, no en este momento. Mario trata de enfocar todos sus esfuerzos en los compradores que traen el dinero en la mano, y no desperdiciar tiempo y recursos en quienes todavía no están seguros de su decisión. Los compradores "preguntones" - como les llaman los asesores - no están bien seguros de su decisión, no tienen el dinero completo, no han solicitado su crédito o están en trámites burocráticos que todavía durarán meses en resolverse, en fin, no están listos para comprar y no lo harán pronto; pero aun así, andan "buscando casa". Les quitan tiempo a los asesores haciendo llamadas, haciendo citas para ver las casas, y finalmente, nada. Sólo consumen tiempo y recursos. Yo me pregunto:"¿Para qué quieren ver casas si todavía no están listos para comprar?", y bueno, esto me lleva a hacerles una pregunta más inquisitoria a los hombres: ¿Por qué tienen novia si no están seguros de sus planes con ella?, ¿por qué consumen el tiempo, los recursos y más importante: los sentimientos de una mujer, quien seguramente será la esposa de otro?

Un comprador que realmente quiere comprar, paga lo que sea necesario por lo que él busca. Me acaba de platicar de un cliente en particular, que tenía bien claros los requisitos que debía reunir el departamento que estaba buscando. Le ha mostrado muchísimas opciones, pero ninguna reunía todo lo que él quiere. Finalmente, le mostró un último departamento que tiene el *potencial* de tener todas las características que él quiere, así que estuvo dispuesto a pagar aún más de su presupuesto, para obtenerlo.  Cuando un hombre en verdad quiere algo, hace lo que sea para obtenerlo.   Mario dice que le gusta trabajar con un cliente al que le urge comprar: "son apasionados, decididos, diligentes, perseverantes" - me platica. Mi reflexión para los hombres es que concentren toda su energía en hacer los arreglos necesarios para estar en posición de "comprar", y después, tomen su decisión con todas sus fuerzas y se dediquen a buscar con pasión a esa mujer que los complementará y los impulsará para lograr su proyecto de vida. No consuman los recursos de otros "viendo" casas que no están listos para comprar. Sean hombres y concentren todas sus energías en pagar el precio más alto por esa joya preciosa que está aguardando aún. Y a las mujeres: no se malbaraten, esperen a que ese hombre indicado venga y page el precio completo.

Ya para cerrar, quiero dedicarles mi conclusión a esas joyas preciosas que han decidido guardarse y que aún están aguardando al mejor comprador.
Últimamente ha surgido el fenómeno de los "cotos". Casitas lindas, hechas en serie, con acabados muy minimalistas, modernas, atractivas, y muy accesibles. Excelente opción para aquellos con poco presupuesto. Sin embargo, al poco tiempo de haberlas comprado, les sale lo barato, pues son casas de muy mala calidad.
Las casas antiguas, grandes y en buenas zonas de la ciudad, cada vez son más caras y más difíciles de vender, porque la mayoría de la gente se va por lo barato - lo facilito. Sin embargo, Mario dice que todas esas casas son vendibles, siempre y cuando no las dejen "caer". Si les hacen buenas remodelaciones, y sobre todo, si siguen siendo funcionales, cumpliendo el objetivo de su diseño, son casas bastante cotizadas que se venden muy caras, porque están en buena zona y son de buena calidad. Sólo es cuestión de seguir esperando a que llegue el comprador que pagará el precio.

10 comentarios:

  1. Que buena reflexión Priss! I loved it! Y tanto de la soltería como de bienes raices! jaja... nos servirá de mucho a todos los solteros! Thank you!
    Osbaldo

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  2. WOW Priss! solo te puedo decir qe ¡como lloré!
    Dios te bendiga Grandemente! y Gracias!
    Bett<><

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  3. Qué padre analogía hija, me gustó!! Al principio no cachaba lo que querías decir, (jajaja) pero al descubrirlo me conmovió mucho!! Ojalá lo leyeran todos los solteros!!
    Te amo!!

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  4. Muy buenas reflexiones y analogías, Güereja... Te amo.
    Carlos Salazar.

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  5. Me agrado como pudiste combinar los sentimientos con el mundo de los negocios. Bien hecho.

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  6. Gracias a todos por sus comentarios. En verdad sentí la profunda necesidad de dirigiles unas palabras de cariño y empatía a todos los que aún están en la espera. Es de mucho ánimo conocer sus opiniones. ¡Saludos a todos!

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  7. Yo me aventuré a comprar una mansión!!!! Qué bueno que me dieron crédito jajajaja. I love you

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  8. Qué padre!! me gustó muchísimo. Muy buenas analogías. Y sí, qué valioso el valorarse (valga la redundancia), y esperar a ese comprador decidido. No hay nada más maravilloso que un "comprador decidido" disfrutando de una "hermosa casa" por la cuál pagó el precio. Vale la pena!

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  9. MUY BUENA REFLEXION TE FELICITO, MI MADRE DICE: BIEN VENDIDOS O BIEN PODRIDOS,...¿? PERO YO PIENSO COMO TU, SI NO SE VENDE ES POR QUE YA VENDRA ALGO MEJOR... SI NO TE HAS CASADO ES POR QUE TE ESPERA ALGO MEJOR, EN POCAS PALABRAS DIOS SABE POR QUE... SOLO HAY QUE CONFIAR EN EL...

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