septiembre 01, 2010

Nuestro nuevo hogar


Finalmente, después de seis largos meses de vivir en una casa que no suplía muy bien las necesidades de nuestra familia, encontramos un pequeño paraíso justo en el área en la que mi esposo necesita trabajar. La búsqueda fue ardua y en ocasiones decepcionante, pues sentíamos que no existía un lugar que reuniera todas las características que nuestro hogar debía poseer. 

Después de varias semanas, finalmente encontramos un fraccionamiento cerrado, con vigilancia y áreas verdes; una de ellas, enfrente de nuestra casa. La casa tiene una distribución muy funcional, práctica y acogedora. 

Tiene muy buena iluminación y ventilación. Además de que el trato fue directo con la dueña, quien es una persona muy accesible y cuidadosa con la casa.  Hay muchos detalles que nos gustan mucho, pero creo que los dos detalles que a mí, en lo personal, más me fascinan son que la lavandería está junto a la cocina, en un cuartito techado y cerrado; y que la cocina está abierta y bien comunicada con el resto de la estancia. Tal vez sean detalles muy triviales, pero las que son mamás estarán de acuerdo conmigo en que poder echar un vistazo alrededor y saber qué está haciendo cada quién mientras una está cocinando, no tiene precio. Además de que en un solo paso estoy al pendiente de la lavadora, y en época de lluvias, ¡todo sigue seco!
 Por lo general, cuando se habla de mudanzas, experimentamos sentimientos abrumadores. Sin embargo, la última semana antes de la mudanza, yo sentía tanta emoción que difícilmente podía concentrarme en la rutina diaria. El simple hecho de visualizarme en ese lugar tan lindo me hacía querer apresurar el tiempo. Puse en práctica algunos de mis aprendizajes en mudanzas anteriores. Después de siete mudanzas en seis años, sí se aprenden buenos trucos. Toda esa semana estuve "escombrando" cada anaquel y cada cajón de mi casa, de tal manera que solamente quedara lo que sí es útil y que cada cosa estuviera en su lugar. No fue tan abrumador. En pequeños ratos, cuando los niños estaban dormidos o jugando tranquilos, yo desentilichaba un cajón o una repisa y volvía a mi rutina normal. Días antes, Mario y yo pensamos el acomodo de la casa, y para mí fue muy fácil visualizar qué iba a guardar en cada mueble o clóset, dependiendo de las actividades que estaríamos realizando en cada lugar.  
  
El día antes de la mudanza fue muy fácil meter todo en cajas siguiendo el orden del lugar en el que iba a acomodarse. Aproveché muy bien la ayuda de mi hermana.  Cuando no tienes idea de cómo vas a hacer las cosas, es muy difícil recibir ayuda de otros. ¿Cómo puedes decirles en qué te ayuden, si tú no tienes ni la menor idea de por dónde empezar?  Como todo ya estaba escombrado, me fue muy fácil simplemente decirle: "todo esto, mételo en cajas"  Antes de que llegara el camión de la mudanza aprovechamos para limpiar la casa nueva y terminar de empacar todo lo de la casa vieja. Cuando los muchachos de la mudanza iban descargando todo, nosotros les íbamos diciendo dónde iba cada cosa, para que ya quedara todo en su lugar definitivo. En mudanzas anteriores aprendí que llenar la casa de cajas y muebles amontonados consume mucho tiempo en el futuro, además de que es agotador tratar de subir o bajar muebles y cajas nosotros mismos. Si tenemos a los cargadores allí, ¡hay que aprovecharlos! En cuanto teníamos las cajas en la casa, comenzábamos a abrirlas y a poner todo en su lugar. Esa misma noche dormí en mi casa totalmente instalada y al día siguiente, el camión de la basura se llevó todas las cajas vacías.

Después de una semana de vivir aquí, tengo la sensación de estar de vacaciones en un hotel bonito junto a la playa. 
Todos los días me levanto contenta, llena de energía, feliz de comenzar el día. 
Los niños se van a la cama mucho más exhaustos que antes, después de haber hecho bastante ejercicio en el jardín. He confirmado que el entorno que nos rodea tiene un fuerte impacto sobre nuestro estado de ánimo. Es verdad que una persona madura tiene la capacidad de actuar por encima de las circunstancias, pero también creo que vale la pena esforzarse por que el entorno en el que vivimos nos transmita paz, entusiasmo y motivación por vivir la vida.

Me siento profundamente agradecida con mi esposo, quien ha procurado que en todo momento nos sintamos cómodos y contentos en nuestro hogar. En esos mismos días tuve la oportunidad de platicar con una mujer, quien me platicó que es viuda. El año pasado perdió a su esposo en un accidente. Con lágrimas en los ojos me decía: "ha sido tan duro, es como una pesadilla, ni siquiera lo puedo explicar" Después de esa plática estuve reflexionando mucho en nuestras vidas y en lo frágiles que somos. Pensé en mi esposo y en cuánto lo amo y en lo mucho que nuestras vidas están integradas en una sola. Pensé en todo lo que compartimos, la amistad tan fuerte que tenemos, la intimidad, los secretos, la unidad, la protección, el amor…  y también pensé en que ¡no quiero perderlo! Nadie tenemos la vida comprada, y cada nueva mañana es un regalo de Dios. Yo no puedo decidir cuánto tiempo tenerlo, pero sí puedo decidir cómo vivir cada momento en que lo tengo. Estoy decidida a vivir cada día como si fuera el último y a amar a mi esposo, a mis hijos, a mi familia, a mis amigos, como si fuera el último día que los tendré. No sabemos cuánto tiempo más los tendremos, pero sí sabemos que los tenemos hoy y que tenemos vida y fuerzas para amar. 

8 comentarios:

  1. Ay sí. Qué bonito por las dos cosas, por tu casa y porque puedes estar feliz; y porque puedes valorar a tu esposito y a tus chiquitos. De verdad que nos podemos desenfocar por tonterías en lugar de disfrutar a los que tenemos alrededor.
    Me gustó mucho tu casita!!

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  2. Otra vez, felicidades por tu bonita casa hija.
    Pero más felicidades por tu hermosa familia y tu acertada reflexión.

    Tu papá y orgulloso abuelo de tus hombrecitos.

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  3. Me identifiqué contigo en muchos aspectos de esta experiencia tuya, pues yo también he tenido unos cuantos cambios de casa, imáginate en 33 años las experiencias que he acumulado al respecto, incluyendo algunos cambios de ciudad.

    Igual que tú me emocioné muchas veces con un cambio y en general he disfrutado las casas en las que he vivido, algunas especialmente mucho, y otras aunque no las disfruté tanto, me adapté y trabajé en lograr un ambiente agradable para la familia.

    Que gusto que estés disfrutando tanto tu casita nueva hija, que además esta rete bonita...muchas felicidades!!!!! un beso

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  4. Upssss!!!!...no puse mi nombre en el comentario anterior.
    Tu Tia Chelo...otro beso

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  5. Ya por fin encontré un momento para leer uno de tus textos tan bien escritos. Me encantó lo que escribiste.
    Annette

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  6. Que bonitos relatos Priss, te felicito nuevamente por tu gran habilidad para escribir. y donde está esta bonita casa? me dieron ganas de conocerla, jeje. un gran abrazo!

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  7. Hola Priss por fin pude entrar a tu blog, me gusto tu reflexion sobre como te sientes en tu nueva casa y con tu familia, como dices es una gran bendicion , tener salud todos y lo basico para vivir y amor , armonia, ganas de luchar por el bien comun, con fe, esperanza y una buena actitud ante todas las circunstancias que se nos presenten , eso creo yo es la vida, disfrutar cuando se pueda, un abrazo

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